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domingo, 30 de noviembre de 2014

Deudas



En Parque Patricios sobrevive un almacén de barrio que cierra tarde.
Hace unas noches atrás fui a buscar una cerveza y recordé que había quedado debiendo algo de efectivo.
--Te quedé debiendo el otro día. Pero no sé cuánto era -dije.
Luly (la vendedora, cuyo nombre yo conocía, pero que no sabía el mío), revisó un cuaderno.
--Ocho pesos -respondió.
Pagué. Pero no pude guardarme la intriga.
--Te hago una pregunta. ¿Con qué nombre me anotaste?
Sonrió.
--Rulitos del pasaje. No sé si vivís en el pasaje, pero siempre te vas para ese lado.
Me abstuve de decir que mi nombre es Pablo, porque me pareció mucho más simpático el que ella escribió en su cuaderno.
Y así la justicia se cumple, porque yo tomé los nombres de Luly y de su marido Logallo para los personajes de un cuento y de mi novela. Y ahora yo soy un personaje en su cuaderno.
Rulito Del Pasaje.
Diminutivo familiar y apellido.
No está nada mal!

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